El Santo Rosario
 

El culto a María en la Iglesia.

Fundamentos Teologicos del culto a María.

Jesucristo fin último del culto a María

Primera Verdad: El fin último de toda devoción debe ser Jesucristo, Salvador del mundo, verdadero hombre. De lo contrario, tendríamos una devoción falsa y engañosa.

Jesucristo es el alfa y el omega, el principio y el fin de todas las cosas. la meta de nuestro ministerio - escribe San Pablo - es construir el cuerpo del Mesias; hasta que todos sin excepción, alcancemos... la edad adulta...(Ef 4,13). Efectivamente, solo en Cristo habita realmente la plenitud total de la Divinidad (Col 2,9)y todas las demás plenitudes de gracia, virtud y perfección.Solo en Cristo hemos sido bendecidos con toda bendición del Espíritu (Ef 1,3) . Porque El es el único Maestro que debe enseñarnos, el único Señor de quien debemos depender, laúnica Cabeza a la que debemos estar unidos, el único Modelo a quien debemos asemejarnos, el único Médico que debe curarnos, el único Pastor que debe apacentarnos, el único Camino que debe conducirnos a la única Verdad que debemos creer, la única Vida que debe vivificarnos y el único Todo que en todo debe bastarnos.

Porque no existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres por el cual podamos alcanzar la salvación (He 4,12). Dios no nos ha dado otro fundamento de salvación, perfección y gloria que Jesucristo.

Todo edificio que no este construido sobre esta roca firme se apoya en arena movediza y se derribara infaliblemente tarde o temprano.

Quien no este unido a Cristo como sarmiento a la vid caerá, se secará y lo arrojaran al fuego. En cambio, si permanecemos en Jesucristo, y JesuCristo en nosotros, no pesa ya sobre nosotros condenación alguna: ni los ángeles del cielo, ni los hombres de la tierra, ni los demonios del infierno, ni creatura alguna podrá hacernos daño, porque nadie podra separanos de la caridad de Dios presente en Cristo Jesús.

Por Jesucristo, con Jesucristo, en Jesucristo lo podemos todo: tributar al Padre en la unidad del Espiritu santo todo honor y gloria; hacernos perfectos y ser olor de vida eterna para nuestro prójimo.

Por lo tanto si establecmos la sólida devoción a la Santísima Virgen, es solo para establecer más sólidamente la de Jesucristo y ofrecer un medio más fácil y seguro de encontrar al Señor. si la devoción a la Santísima Virgen apartase de Jesucristo, habría que rechazarla como ilusión diabólica. Pero como he demostrado y volveré a demostrarlo más adelante sucede todo lo contrario. Esta devoción nos es necesaría para hallar perfectamente a Jesucristo, amarlo con ternura y servirlo con fidelidad.

Me dirijo a ti por un momento amabilísimo Jesús mio, para quejarme amorosamente a tu divina Majestad de que la mayor parte de los cristianos, aun los más instruidos ignoran la unión necesaria que existe entre Ti y tu Madre santísima.Tu, Señor, estas siempre con María, y María esta siempre contigo y no puede existir sin Ti; de lo contrario dejaría de ser lo que es. María esta de tal manera transformada en Tí por la gracia, que Ella ya no vive ni es nada; solo Tú Jesús mio, vives y reinas en Ella más perfectamente que en todos los ángeles y santos.

¡Ah!¡si se conociera la gloria y el amorque recibes en esta creatura admirable se tendrian hacia Ti y hacia ella sentimientos muy diferentes de los que ahora se tienen! Ella se halla unida tan intimamente a Ti, que seía más facil separar la luz del sol, el calor del fuego; más aun séria más fácil separar de Ti todos los ángeles y santos que a la excelsa Mária, por que Ella te ama más ardientemente y te glorifica con mayor perfección que todas las demás creaturas juntas.

¿No será extraño y lamentable amable Maestro mío, el ver la ignorancia de todos los hombres respecto a tu Santísima Madre ?

No hablo tanto de los idólatras y páganos: no conociendote a Tí, tampoco a Ella la conocen. tampoco de los hermanos separados: separados de Ti y de tu Iglesia, no se preocupan por ser devotos de tu Madre. Hablo, sí, de los católicos y aun de entre los doctores de entre los católicos; ellos hacen profesión de enseñar a otros la verdad, pero no conocen ni a Ti ni a tu Madre Sántísima de manera especulativa, árida, esteril, e indiferente. Estos caballeros hablan solo rara vez de tu santísima Madre y del culto que se le debe. Tienen miedo, según dicen, a que se deslice algún abuso y se te haga injuria al honrarla a Ella demasiado. si ven u oyen a un devoto de María hablar con frecuencia hacia la devoción a esta Madre amantísima con acento filial, eficaz y persuasivo, como de un medio sólido y sin ilusiones,de un camino corto sin peligros, de una senda inmaculada y sin imperfección de un secreto maravilloso para encontrarte y amarte debidamente gritan enseguida contra él, esgrimiendo mil argumentos falsos para probrle que no hay que hablar tanto de la virgen , que hay grandes abusos en esta devoción a la Santísima Virgen, a quien ya aman lo suficientemente.

Si alguna vez se les oye hablar de la devoción a tu Santísima Madre, no es, sin embargo, para fundamentarla o inculcarla, sino para destruir posibles abusos. mientras carecen de piedad y devoción tierna para contigo, por que no la tienen para con María. Consideran el Rosario, el Escapulario, la Corona(5 misterios), como devociones propias de mujercillas e ignorantes, que poco impotan para la salvación. De tal suerte que si cae en sus manos algún devoto de la Santísima Virgen que reza el Rosario o practica alguna devoción en su honor, no tardan en cambiarle el espíritu y el corazón y le aconsejan que en lugar del Rosario, rece los siete salmos penitenciales, y, en vez de la devoción a María exhortan a la devoción a Jesucristo.

¡Jesús mío amabílisimo! ¿Tienen estos tu Espíritu? ¿Te agrada su conducta?¿Te agrada quien por temor a desagradarte, no se esfuerza por honrar a tu Madre?¿Es la devoción a tu Santísima madre obstáculo a la tuya?¿se arroga Ella para sí el honor que le tributa?¿Forma Ella bando aparte?¿Es por ventura, una extraña, que nada tiene que ver contigo?¿Quien le agrada a Ella, te desagrada a Ti? Consagrarse a Ella y amarla, ¿Será separarse o alejarse de Ti?

¡Maestro amabílisimo! Sin embargo, si cuanto acabo de decir fuera verdad, la mayoría de los sabios - justo castigo de su soberbia - no se alejarian más que ahora de la devoción a tu Santísima Madre ni mostrarian para con Ella mayor diferencia que la que ostentan.

¡Guardame, señor! ¡Guardame de sus sentimientos y de su conducta! Dame en participar en los sentimientos de gratitud, estima, respeto y amor que tienes para con tu Santísima Madre, a fin que pueda amarte y glorificarte tanto más perfectamente cuanto más imite y siga de cerca.

Y, como si no hubiera dicho nada en honor de tu Santísima Madre, concedeme la gracia de alabarla dignamente a pesar de todos sus enemigos - que son los tuyos - y el gritarles a voz de cuello con todos los santos: "No espere alcanzar misericordia de Dios quien ofenda a su Madre bendita"

Para alcanzar de tu misericordia una verdadera devoción hacia tu Santísima Madre y difundir esta devoción por toda la tierra, concédeme amarte ardientemente, y acepta para ello la súplica inflamada que te dirijo con San Agustín y tus verdaderos amigos.

 

Tú eres, ¡oh Cristo!

mi Padre Santo, mi Dios misericordioso,

mi Rey poderoso, mi Buen Pastor,

mi único Maestro, mi mejor Ayuda,

mi Amado hermosísimo, mi Pan Vivo,

mi Sacerdote por la eternidad,

mi Guia hacia la Patria,

mi Luz Verdadera, mi Dulzura Santa,

mi Camino recto, mi Sabiduría preclara,

mi humilde simplicidad, mi concordia pacífica,

mi protección total, mi rica heredad,

mi salvación eterna...

¡Cristo Jesús, Señor amabílisimo!

¿Por qué habre deseado durante la vida

algo fuera de ti, mi Jesús y mi Dios?

¿Donde me hallaba cuando no pensaba en Ti?

Anhelos todos de mi corazón,

inflamaos y desbordaos desde ahora

hacia el Señor Jesús;

Corred cuanto hasta ahora tardasteis;

apresuraos hacia la meta,

buscad a quien buscais.

¡Oh Jesús! ¡ Anatema quien no te ama!

¡Reboce de amargura quien no te quiera!

¡Dulce Jesús!

¡Que todo buen corazón dispuesto a la alabanza

te ame se deleite en ti,

se admire ante ti!

¡Dios de mi corazón!

¡Herencia mía, Cristo Jesús!

¡Desfallezca el latir de mi corazón!

Vive, Señor en mi;

enciendase en mi pecho

la viva llama de tu amor,

acrezcase en incendio;

arda siempre en el altar de mi corazón,

queme en mis entrañas,

incendie lo intimo de mi alma,

y que en el dia de mi muerte

comparezca yo del todo perfecto en tu presencia.

Amén.

He querido transcribir esta maravillosa plegaria de San Agustín para que repitiendola todos los dias, pidas el amor de Jesucristo, ese amor que estamos buscando por medio de la excelsa María.

 

San Luis María Grignion de Montfort

Tratado de la Verdadera Devoción a María.