Jesucristo
es el alfa y el omega, el principio y el fin de todas las cosas.
la meta de nuestro ministerio - escribe San Pablo - es
construir el cuerpo del Mesias; hasta que todos sin excepción,
alcancemos... la edad adulta...(Ef
4,13). Efectivamente,
solo en Cristo habita
realmente la plenitud total de la Divinidad (Col
2,9)y
todas las demás plenitudes de gracia, virtud y perfección.Solo
en Cristo hemos sido bendecidos con
toda bendición del Espíritu (Ef 1,3) .
Porque El es el único Maestro que debe enseñarnos,
el único Señor de quien debemos depender, laúnica
Cabeza a la que debemos estar unidos, el único Modelo a
quien debemos asemejarnos, el único Médico que debe
curarnos, el único Pastor que debe apacentarnos, el único
Camino que debe conducirnos a la única Verdad que debemos
creer, la única Vida que debe vivificarnos y el único
Todo que en todo debe bastarnos.
Porque
no existe bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres por el
cual podamos alcanzar la salvación (He 4,12).
Dios no nos ha dado otro fundamento de salvación, perfección
y gloria que Jesucristo.
Todo
edificio que no este construido sobre esta roca firme se apoya
en arena movediza y se derribara infaliblemente tarde o temprano.
Quien no este unido a Cristo como sarmiento a la vid caerá,
se secará y lo arrojaran al fuego. En cambio, si permanecemos
en Jesucristo, y JesuCristo en nosotros, no pesa ya sobre nosotros
condenación alguna: ni los ángeles del cielo, ni
los hombres de la tierra, ni los demonios del infierno, ni creatura
alguna podrá hacernos daño, porque nadie podra separanos
de la caridad de Dios presente en Cristo Jesús.
Por Jesucristo, con Jesucristo, en Jesucristo lo podemos todo:
tributar al Padre en la unidad del Espiritu santo todo honor y
gloria; hacernos perfectos y ser olor de vida eterna para nuestro
prójimo.
Por lo tanto si establecmos la sólida devoción a
la Santísima Virgen, es solo para establecer más
sólidamente la de Jesucristo y ofrecer un medio más
fácil y seguro de encontrar al Señor. si la devoción
a la Santísima Virgen apartase de Jesucristo, habría
que rechazarla como ilusión diabólica. Pero como
he demostrado y volveré a demostrarlo más adelante
sucede todo lo contrario. Esta devoción nos es necesaría
para hallar perfectamente a Jesucristo, amarlo con ternura y servirlo
con fidelidad.
Me
dirijo a ti por un momento amabilísimo Jesús mio,
para quejarme amorosamente a tu divina Majestad de que la mayor
parte de los cristianos, aun los más instruidos ignoran
la unión necesaria que existe entre Ti y tu Madre santísima.Tu,
Señor, estas siempre con María, y María esta
siempre contigo y no puede existir sin Ti; de lo contrario dejaría
de ser lo que es. María esta de tal manera transformada
en Tí por la gracia, que Ella ya no vive ni es nada; solo
Tú Jesús mio, vives y reinas en Ella más
perfectamente que en todos los ángeles y santos.
¡Ah!¡si
se conociera la gloria y el amorque recibes en esta creatura admirable
se tendrian hacia Ti y hacia ella sentimientos muy diferentes
de los que ahora se tienen! Ella se halla unida tan intimamente
a Ti, que seía más facil separar la luz del sol,
el calor del fuego; más aun séria más fácil
separar de Ti todos los ángeles y santos que a la excelsa
Mária, por que Ella te ama más ardientemente y te
glorifica con mayor perfección que todas las demás
creaturas juntas.
¿No
será extraño y lamentable amable Maestro mío,
el ver la ignorancia de todos los hombres respecto a tu Santísima
Madre ?
No
hablo tanto de los idólatras y páganos: no conociendote
a Tí, tampoco a Ella la conocen. tampoco de los hermanos
separados: separados de Ti y de tu Iglesia, no se preocupan por
ser devotos de tu Madre. Hablo, sí, de los católicos
y aun de entre los doctores de entre los católicos; ellos
hacen profesión de enseñar a otros la verdad, pero
no conocen ni a Ti ni a tu Madre Sántísima de manera
especulativa, árida, esteril, e indiferente. Estos caballeros
hablan solo rara vez de tu santísima Madre y del culto
que se le debe. Tienen miedo, según dicen, a que se deslice
algún abuso y se te haga injuria al honrarla a Ella demasiado.
si ven u oyen a un devoto de María hablar con frecuencia
hacia la devoción a esta Madre amantísima con acento
filial, eficaz y persuasivo, como de un medio sólido y
sin ilusiones,de un camino corto sin peligros, de una senda inmaculada
y sin imperfección de un secreto maravilloso para encontrarte
y amarte debidamente gritan enseguida contra él, esgrimiendo
mil argumentos falsos para probrle que no hay que hablar tanto
de la virgen , que hay grandes abusos en esta devoción
a la Santísima Virgen, a quien ya aman lo suficientemente.
Si
alguna vez se les oye hablar de la devoción a tu Santísima
Madre, no es, sin embargo, para fundamentarla o inculcarla, sino
para destruir posibles abusos. mientras carecen de piedad y devoción
tierna para contigo, por que no la tienen para con María.
Consideran el Rosario, el Escapulario, la Corona(5 misterios),
como devociones propias de mujercillas e ignorantes,
que poco impotan para la salvación. De tal suerte que si
cae en sus manos algún devoto de la Santísima Virgen
que reza el Rosario o practica alguna devoción en su honor,
no tardan en cambiarle el espíritu y el corazón
y le aconsejan que en lugar del Rosario, rece los siete salmos
penitenciales, y, en vez de la devoción a María
exhortan a la devoción a Jesucristo.
¡Jesús
mío amabílisimo! ¿Tienen estos tu Espíritu?
¿Te agrada su conducta?¿Te agrada quien por temor
a desagradarte, no se esfuerza por honrar a tu Madre?¿Es
la devoción a tu Santísima madre obstáculo
a la tuya?¿se arroga Ella para sí el honor que le
tributa?¿Forma Ella bando aparte?¿Es por ventura,
una extraña, que nada tiene que ver contigo?¿Quien
le agrada a Ella, te desagrada a Ti? Consagrarse a Ella y amarla,
¿Será separarse o alejarse de Ti?
¡Maestro
amabílisimo! Sin embargo, si cuanto acabo de decir fuera
verdad, la mayoría de los sabios - justo castigo de su
soberbia - no se alejarian más que ahora de la devoción
a tu Santísima Madre ni mostrarian para con Ella mayor
diferencia que la que ostentan.
¡Guardame,
señor! ¡Guardame de sus sentimientos y de su conducta!
Dame en participar en los sentimientos de gratitud, estima, respeto
y amor que tienes para con tu Santísima Madre, a fin que
pueda amarte y glorificarte tanto más perfectamente cuanto
más imite y siga de cerca.
Y,
como si no hubiera dicho nada en honor de tu Santísima
Madre, concedeme la gracia de alabarla dignamente a pesar de todos
sus enemigos - que son los tuyos - y el gritarles a voz de cuello
con todos los santos: "No espere alcanzar misericordia de
Dios quien ofenda a su Madre bendita"
Para
alcanzar de tu misericordia una verdadera devoción hacia
tu Santísima Madre y difundir esta devoción por
toda la tierra, concédeme amarte ardientemente, y acepta
para ello la súplica inflamada que te dirijo con San Agustín
y tus verdaderos amigos.
Tú
eres, ¡oh Cristo!
mi
Padre Santo, mi Dios misericordioso,
mi
Rey poderoso, mi Buen Pastor,
mi
único Maestro, mi mejor Ayuda,
mi
Amado hermosísimo, mi Pan Vivo,
mi
Sacerdote por la eternidad,
mi
Guia hacia la Patria,
mi
Luz Verdadera, mi Dulzura Santa,
mi
Camino recto, mi Sabiduría preclara,
mi
humilde simplicidad, mi concordia pacífica,
mi
protección total, mi rica heredad,
mi
salvación eterna...
¡Cristo
Jesús, Señor amabílisimo!
¿Por
qué habre deseado durante la vida
algo
fuera de ti, mi Jesús y mi Dios?
¿Donde
me hallaba cuando no pensaba en Ti?
Anhelos
todos de mi corazón,
inflamaos
y desbordaos desde ahora
hacia
el Señor Jesús;
Corred
cuanto hasta ahora tardasteis;
apresuraos
hacia la meta,
buscad
a quien buscais.
¡Oh
Jesús! ¡ Anatema quien no te ama!
¡Reboce
de amargura quien no te quiera!
¡Dulce
Jesús!
¡Que
todo buen corazón dispuesto a la alabanza
te
ame se deleite en ti,
se
admire ante ti!
¡Dios
de mi corazón!
¡Herencia
mía, Cristo Jesús!
¡Desfallezca
el latir de mi corazón!
Vive,
Señor en mi;
enciendase
en mi pecho
la
viva llama de tu amor,
acrezcase
en incendio;
arda
siempre en el altar de mi corazón,
queme
en mis entrañas,
incendie
lo intimo de mi alma,
y
que en el dia de mi muerte
comparezca
yo del todo perfecto en tu presencia.
Amén.
He
querido transcribir esta maravillosa plegaria de San Agustín
para que repitiendola todos los dias, pidas el amor de Jesucristo,
ese amor que estamos buscando por medio de la excelsa María.
San
Luis María Grignion de Montfort
Tratado
de la Verdadera Devoción a María.
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